¿Cómo se detecta un dolor crónico y cuáles son sus causas?

El cuerpo humano se expresa de diferentes maneras y el dolor es un aviso de algo que no anda bien, pero ¿cómo escuchar y clasificar el tipo de dolor que se padece? Aquí le contamos.

En algún momento de la vida a todos nos ha dolido la cabeza, los músculos, el estómago y hasta una uña, situaciones que suelen ser catalogadas como normales hasta cierto punto, pero el tema cambia cuando las dolencias perduran por más de una semana e incluso meses.

En este punto nos referimos al dolor crónico como un trastorno que puede aparecer sin una causa provocada o desaparecida la enfermedad o la lesión causante del dolor, pero se vincula principalmente a nervios lesionados o al mal funcionamiento de los mecanismos neuromoduladores del sistema nerviosos central, encargados de modular la sensación dolorosa.

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El dolor crónico puede ser producto de un dolor agudo mal controlado e incluso después de superada una lesión, enfermedad, durante algunos trastornos patológicos dolorosos prolongados como el cáncer, y enfermedades crónicas que producen estímulos nociceptivos constantes provocando una hipersensibilización del sistema nervioso central.

¿Cómo se identifica el dolor crónico?

 El dolor crónico puede sentirse en cualquier parte del cuerpo, variar su intensidad de leve a muy grave y afectar a cualquier persona sin distintivo de edad, aunque afecta en su mayoría de veces a los adultos mayores, ya que esta población es más propensa a tener enfermedades de largo plazo como la artritis.

Síntomas:

  • El dolor dura más de tres meses, incluso habiéndose superado la lesión o enfermedad inicial que lo produjo.
  • El dolor es constante incluso transcurridos meses e incluso años posteriores a la lesión causal.
  • Se manifiesta también con dolores punzantes, ardor constante, sensibilidad extrema, sentimiento de presión y rigidez en algunas partes del cuerpo.
  • Se asocia a enfermedades crónicas como cáncer, artritis, diabetes o fibromialgia.

¿Qué afecciones pueden llevar al dolor crónico?

 Algunas dolencias o enfermedades pueden ser desencadenantes de un dolor crónico, las más comunes son:

  • Dolores de cabeza o migrañas.
  • Problemas de espalda.
  • Cáncer.
  • Daño nervioso.
  • Cirugía previa. 

Consecuencias:

  • En casos graves puede conducir a la depresión y la ansiedad e interferir con casi en las actividades diarias de algunas personas.
  • También puede generar trastornos del sueño, disminución o pérdida del apetito, pérdida del gusto para la comida, pérdida de peso, disminución de la libido y estreñimiento.
  • Las personas que lo padecen corren el riesgo de volverse inactivos y retraídos en el aspecto social

La psicología y su relación con el dolor crónico

Factores psicológicos como problemas sentimentales, crisis económicas y pleitos laborales o familiares pueden aumentar el dolor persistente luego de alguna lesión o en medio de una enfermedad. El dolor crónico puede provocar ansiedad y depresión, insomnio, estrés y por consiguiente más dolor, entrando así en un círculo vicioso que afecta todas las esferas de la vida del paciente. 

¿Qué tratamientos se recomiendan?

Antes de iniciar cualquier tratamiento debe identificarse siempre que sea posible  la causa inicial o fuente física del dolor crónico a través de expertos quienes determinan su estado y recomiendan la terapia que más le favorezca la paciente:

  • Farmacológico: Permite controlar en cierta medida la intensidad y periodicidad del dolor y se contempla con tres tipos de medicamentos que se utilizan de forma escalonada (Escalera analgésica de la OMS) en la medida en que los anteriores pierden su eficacia o en combinación dependiendo de tipo de dolor.
  • Analgésicos: Son los medicamentos de uso más frecuente, como los salicilatos y los antiinflamatorios no esteroideos.
  • Analgésicos opioides débiles: Son derivados de los opiáceos, pero de acción débil, como la codeína, la dihidrocodeína y el tramadol.
  • Analgésicos opioides potentes: Como la morfina y la metadona.

También son útiles algunos medicamentos llamados coadyuvantes que pueden apaciguar otros síntomas del dolor crónico como los antidepresivos, anticonvulsivantes, fenotiazinas y corticoides.

  • Intervencionismo analgésico Consiste en la inyección de sustancias o la aplicación de diversas técnicas tal como calor y energía entre otras que son capaces de cortar el impulso doloroso
  • Actividad Física y rehabilitación: Se recomienda practicar actividades que lleven al cuerpo a un estado de relajación o de bienestar.
  • Caminar
  • Natación

Medios Físicos

  • Aplicaciones alternantes de calor y frío.
  • Estimulación eléctrica.
  • Masajes 
  • Psicológico: En este tipo de tratamiento expertos en el área de la salud mental, intentan a través varias técnicas entre ellas la terapia cognitiva conductual, modificar actividades de su diario vivir para lograr una percepción de mejoría frente a su dolor y a su vez entrenarlo en técnicas de relajación, distracción e incluso hipnosis para superar las crisis de dolor rompiendo así el círculo vicioso dolor, insomnio, estrés.

De igual forma, resulta efectivo apartar al paciente de personas o situaciones que le refuercen su idea de dolor.

Finalmente, si quieres conocer más sobre métodos y procedimientos para tratar el dolor crónico, en el Centro Especializado en Dolor y Fibromialgia, CEDOFI, contamos con un equipo de profesionales idóneos y la tecnología necesaria para mejorar su calidad de vida.

Nos encuentras en la Cra 48 # 46 a sur -107 de Envigado, Antioquia (Colombia) y en los teléfonos (034) 3229869 y 312 7954245. También puedes contactarnos a través del correo electrónico info@cedofi.com y la página web www.cedofi.com. Danos el gusto de atenderte.

Dr. Alberto Enrique Ramírez García
MD especialista en Anestesiología
Especialista en Dolor y cuidado Paliativo
Maestría en el tratamiento del dolor y en Fibromialgia
Posgrado Experto en Fibromialgia