Soy parte fundamental de mi tratamiento

Como especialista en el tratamiento y control del dolor, y a través de la experiencia en el abordaje terapéutico de los pacientes con dolor Fibromialgia, he comprobado la importancia que tiene en ellos un tratamiento completo, que abarque la parte física, emocional, social, familiar y psicológica.

En este corto bloc, explicaré de manera sencilla una de las teorías más aceptadas en la actualidad respecto a la fisiopatología de la enfermedad, teniendo en mente que existen múltiples teorías y que todas ellas siguen aportando al entendimiento de esta condición.

Según esta teoría, el sistema nervioso central compuesto por el encéfalo y la medula espinal, actúa como el receptor de la información y colabora en la respuesta sostenida, que finalmente será interpretada de manera consciente como dolor.

Este sistema comandado por el cerebro está involucrado en las funciones corporales conscientes e inconscientes y a la vez tiene la función de ser un puente comunicador entre el mundo que nos rodea y el propio ser.  Es por esto, que ante una emoción positiva o negativa (alegría o tristeza), se desencadenan respuestas fisiológicas en forma de sustancias químicas, conocidas como los neurotransmisores (incluida la conocida serotonina entre otras) y señales eléctricas.

Cuando la emoción es la ansiedad, el miedo, el estrés crónico, es capaz de activar el sistema de huida y de lucha, por lo cual el cerebro no distingue entre un ataque real y uno imaginado, las sustancias pueden provocar respuestas inflamatorias a nivel corporal, capaces de desencadenar la percepción consciente del dolor. Así mismo, estados de relajación, podrían propiciar una mejor reacción corporal a los estímulos propiciando un mejor control del dolor.

Las  emociones y sensaciones podrían incluso despertar reacciones no voluntarias y espontáneas  para la supervivencia del individuo, tal como es  el reflejo de lucha y huida, mediadas por el sistema nervioso en forma de señales eléctricas, endocrino (hormonas), núcleos específicos cerebrales, órganos abdominales y productos químicos llamados neurotransmisores, algunos de estos involucrados  en mantener  el estado de aleta y otros para proporcionar calma y tranquilidad, estos a  su vez  participan en la sensibilización y amplificación  de la sensación dolorosa, tal como son la sustancia P y el glutamato y otras para modularlos tal como la serotonina (Hormona de la felicidad).

Partiendo de lo anterior, nuestro estado de ánimo, la exposición al estrés, conflictos personales, laborales, de pareja, etc hacen parte de un círculo vicioso que inicia como alteraciones emocionales que se transforman en corporales y fisiológicas, causantes de la hiperalgesia o aumento de la sensación y percepción dolorosa incluso a estímulos que no deberías serlo (Alodinia).

Estos círculos viciosos que involucran todos los sistemas y órganos antes mencionados, debemos romper, siguiendo la premisa de que “No se puede separar lo inseparable” emociones, sistema nervioso, cambios fisiológicos y la enfermedad.

Estos son algunos de los círculos viciosos que se presentan en el dolor crónico y la Fibromialgia:

  • Dolor y malestar

  • Cansancio y estrés

  • Problemas para dormir

  • Ansiedad y depresión

Es por eso que se recomienda realizar actividades lúdicas, ocupar el tiempo libre en el crecimiento personal y espiritual, buscar el equilibrio en todos los aspectos de la vida, evitar al máximo situaciones estresantes innecesarias y personas tóxicas, rodearse de personas interesantes y que aporten a la felicidad, realizar actividad física de manera continua.

Estas son algunas de las actividades y acciones propias que “SOLO TU” puedes tomar la decisión de asumir y hacerlas partes de tu vida para tu bienestar y así aumentar la producción de sustancias analgésicas endógenas (producidas por tu propio cuerpo), disminuir la producción de otras que aumentan la hiperalgesia (aumento del dolor) y disminuir las dosis altas de medicamentos que pueden afectar órganos, el estado de conciencia y la vida en general.

Dr. Alberto Enrique Ramírez García